11. BERLIN: LA ULTIMA BATALLA DEL III REICH.

 

                              "Cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa                                                                                        no es tener la razón, sino conseguir la victoria".

                                                                     (Adolf Hitler)

                                                                    

    Durante la II Guerra Mundial hubo muchas batallas que fueron importantes para poder poner fin al conflicto. Sin embargo la Batalla de Berlín, que se desarrolló entre el 16 de abril y el 2 de mayo de 1945, fue la última gran batalla en Europa y la más decisivas de todas. La entrada del ejército rojo en la capital del III Reich puso fin al gobierno nazi, después de más de una década gobernando el país. 

     Desde comienzos de 1945 la situación era muy preocupante para Alemania, había fracasado la contraofensiva de las Ardenas en el frente occidental y estaba siendo invadida desde todas sus fronteras. Desde el oeste empujaban las tropas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá y desde el este lo hacían las fuerzas de la Unión Soviética y Polonia. Italia y Hungría había sido ya prácticamente ocupadas por el enemigo. 

    Entre el 12 de enero y el 2 de febrero se produjo la ofensiva de Ejército Soviético que atravesó el río Vístula, penetrando en la Prusía Oriental, avanzando a gran velocidad de hasta cuarenta kilómetros al día (500 Km. en 20 días), hasta detenerse temporalmente en marzo de 1945 en una línea defensiva alemana junto al margen del río Oder a tan sólo noventa o cien kilómetros al este de Berlín. El Alto Mando Soviético consideró esencial antes de seguir avanzando hacia Berlín asegurar y limpiar su retaguardia de las fuerzas alemanas dispersas antes de que pudieran intentar reagruparse.

                              

    Esta ofensiva rusa obligó a Hitler a regresar a la capital el 16 de enero de 1945 para instalarse en la Cancillería del Reich, pero a partir del 3 de febrero tras los intensos bombardeos aéreos angloamericanos sufridos en la capital, se mudó de manera permanente al Führerbúnker situado en los jardines de la Cancillería

    Al detenerse los rusos en el margen del Oder, permitió a los alemanes a ganar algo de tiempo para intentar estabilizar el frente mediante la construcción a toda prisa fortificaciones escalonadas en profundidad, con varias líneas de contención en las que participaron obligados los habitantes de Berlín. También fueron enviados para reforzar en apoyo de las tropas agotadas de la Wehrmacht y las Waffen-SS, tropas desorganizadas y mal entrenadas y equipadas del ejercito de la reserva, del Volsstrum (milicia popular) y de las ¨Juventudes Hitlerianas¨.

                                                       

    El 27 de marzo Hitler sale del búnker y se desplaza al frente del Oder para insuflar ánimos a las tropas alemanas. La visita fue explotada convenientemente por la propaganda nazi. El vehículo de Hitler era seguido por otro dos y con la capota cerrada, lejos quedaban los tiempos de los desplazamientos  triunfales. A su regreso ya no saldría nunca de la Cancillería.  

    Aunque los soviéticos tenían claro que Berlín les había sido asignado en Yalta, Stalin y su Estado Mayor estaban convencidos de que los aliados pretendían capturar Berlín ya que las tropas del los Estados Unidos se encontraban a tan sólo 80 Km. al otro lado del río Elba. Por ello, Stalin ordenó el avance inmediato sobre Berlín, el objetivo último y definitivo sería la toma del Parlamento o Reichstag que representaba el corazón espiritual y símbolo del poder político de Alemania, para que fuera capturado a tiempo para la celebración del Día del Trabajo (1 de mayo).

    La primera fase de la Batalla de Berlín tuvo lugar con el enfrentamiento en las colinas de Seelow entre el 16 y 18 de abril. Por el lado ruso se encontraban  el Primer Frente Bielorruso dirigido por el mariscal Gueorgui Zhúkov, el Primer Frente Ucraniano dirigido por el mariscal Ivan Kónev. Los defensores alemanes estuvieron dirigidos principalmente por el comandante Helmuth Weidling. 

 
Gueorgui Zhúkov                                                      Helmuth Weidling

    Antes del combate el resultado ya tenía un vencedor claro. La superioridad de los atacantes era de 7 a 1 en infantería, 6 a 1 en carros de combate, 11 a 1 en artillería y de 14 a 1 en aviones. Si estas cifras no eran lo suficientemente abrumadoras, los defensores carecían de todo tipo de suministros y refuerzos. No obstante los alemanes consiguieron ralentizar lo suficiente el avance, permitiendo una retirada ordenada y que miles de soldados pudieran volver a ser utilizados en la defensa final de la ciudad.  La capital se disponía activamente para su defensa.  

                    

    La defensa de la ciudad establecida por Weidling contaba con tres franjas circulares de contención, la primera de las cuales pasaba por los ríos, canales y lagos, a unos 25-40 kilómetros de la ciudad. La franja defensiva interior pasaba por las afueras de Berlín, y la tercera comenzaba por la circunvalación del ferrocarril. El 19 de abril, después de haber abierto brechas en todas las líneas de contención, los rusos comenzaban a acercarse peligrosamente a los suburbios orientales de Berlín. Aviones de reconocimiento ruso sobrevolaban la capital alemana. Ya no existía la menor duda que el frente alemán del Oder había caído y que resultaría imposible restablecerlo. 

                     

    Largas columnas de soldados y miembros de las ¨Juventudes Hitlerianas¨ y del Volkssturm (milicias populares) marchaban hacia los barrios periféricos de la ciudad para ocupar sus puestos en la última de las franjas defensivas. Los alemanes desplegaron hasta el último de sus ciudadanos capaces de disparar un arma. Los soviéticos ante las continuas perdidas acabarían por incorporar a filas incluso a soldados recién liberados de las fábricas y campos de concentración.  

    

    Para establecer un nuevo frente de contención dentro de la ciudad, Hitler nombra al general de brigada de las SS Wilhelm Mohnke comandante de la defensa del Distrito Gubernamental (Die Zitadelle) que incluía la Cancillería y el Führerbunker. Disponía de unos dos mil efectivos y su puesto de mando quedó instalado en los sótanos de la Cancillería, en donde se incrementaron significativamente las reservas de armas, municiones y víveres. También se levantó un hospital de campaña. Mohnke quedó libre de las órdenes de Weidling  comandante para la defensa de Berlín y dependía directamente de Hitler. 

    Cumpliendo las órdenes de Mohnke, se levantó un anillo defensivo alrededor del distrito gubernamental en donde se obligó a participar en su construcción a la población berlinesa. El paso por la Puerta de Brandemburgo fue cerrado y sobre la puerta y en lo alto bajo la cuadriga se apostaron ametralladoras, así como  en otros puntos estratégicos como en las azoteas de los Ministerios. Las calles próximas a la Cancillería se levantaron barricadas, se excavaron trincheras, se colocaron sacos de arena, alambradas, minas y barreras antitanque. En algunos edificios derruidos se colocaron posiciones de artillería fortificadas. El eje este-oeste, entre la Puerta de Brandemburgo y la Siegessäule  disponía de una pista de aterrizaje improvisada para lo que fueron retiradas las farolas a ambos lados de la avenida para que alcanzara una anchura mínima de 50 metros y se instalaron luces de posición. 


    El 20 de abril Hitler celebró su último cumpleaños (56 años), asistieron Himmler y Göring  a quienes ya no se les volvió a ver por Berlín. No hubo ceremonias, festejos ni defiles. Ese día Hitler, tan sñolo, salió al jardín de la Cancillería para felicitar y condecorar a miembros de las Juventudes Hitlerianas que se encontraban formadas con su responsable Axmann a la cabeza. Al día siguiente cuando ya oscurecía, una larga columna de vehículos y camiones abandonaron la Cancillería para dirigirse al aeródromo de Gatow. Esa misma noche salieron unas cien personas con el objetivo de dirigirse al Obersalzberg junto a dos aviones  conteniendo cajas con objetos personales de Hitler y documentos oficiales. Todos los que podían querían abandonar Berlín lo antes posible, otros lo hicieron al día siguiente. Hitler se negó a salir de la capital del Reich.

     Durante los días 22 y 23 la ciudad fue bombardeada sistemáticamente, por la noche se alternaban con los ataques aéreos  que volaban a baja altura que disparaban contra sus objetivos. Las seis torres antiaéreas de 40 metros de altura no podían evitar las incursiones. El cerco ruso continuaba estrechándose pero aún quedaba una estrecha franja abierta en el noroeste de unos 15-20 Km. de anchura en dirección a Dresde. Aún era operativa la red telefónica y la mayoría de tranvías y red del metro, pero los suministros de luz, gas y agua dejaron de funcionar. El aeródromo de Gatow situado al oeste de Berlín aún permanecía bajo control de los alemanes. Los dos pilotos personales Hans Baur y Georg Beetz permanecían en la Cancillería y dos aviones en Gatow dispuestos a despegar en caso de que Hitler quisiera abandonar la ciudad. 

    El día 24 el cerco sobre Berlín está a punto de cerrase, las tropas rusas atacaban por el sur y por el norte. Berlín solo puede conectarse con el mundo exterior a través  de un cada vez más estrecho pasillo al sur de Spandau. Ese día, después del almuerzo, Hitler ordena a Schaub destruir documentos que se encontraban en el búnker y en la Cancillería que fueron quemados en los jardines. También se ordenó que se hiciera lo mismo con todos los documentos que habían sido trasladados días antes (21 de abril) a Obersalzberg, por lo que Schaub vuela desde Gatow que ya estaba siendo bombardeado. La artillería continúa su trabajo sobre la capital. 

            

    El aeródromo de Gatow cae en poder de las tropas rusas el día 25 de abril y se completa el cerco completo sobre Berlín, cuando en Torgau, a orillas del Elba se encontraron las tropas rusas y estadounidenses. Las tropas rusas alcanzan los suburbios de la ciudad donde se pierden importantes depósitos de munición que se almacenaban. La escasez de municiones, especialmente de granadas antitanque, ya se hacen notar. Los rusos presionaban desde el norte y el este pero también desde el sur para hacerse con el control de Tempelhof, el único aeropuerto que quedaba en poder de los alemanes. Esa tarde logran tomar tierra en el aeropuerto improvisado junto a la Puerta de Brandemburgo, varios aviones Ju-52 tropas de refuerzo de la marina enviadas por Dónitz para ponerse a disposición del mando responsable de la defensa de la Cancillería. 

    En el búnker de la Cancillería Hitler recibe un telegrama de Göring, que se encontraba en el Obersalzberg, donde manifiesta su intención de tomar el poder y asumr la sucesión en caso de no recibir una respuesta en veinticuatro horas.  Hitler lo considera un gran acto de traición. Esa noche comunica a su ayuda de Cámara Heinz Linge, su intención de resistir y no abandonar Berlín para llegado el momento,  suicidarse junto a Eva Braun, así mismo da las instrucciones con lo que debía hacerse con sus cuerpos. 

              

  El día 26 se interrumpen las comunicaciones telefónicas que unían Berlín con el mundo exterior. Las unidades rusas se encontraban en los suburbios periféricos de la ciudad y avanzaban acercándose cada vez más al centro de la ciudad, en combates que se libraban cuerpo a cuerpo y casa por casa. Acostumbrados los atacantes a combatir a campo abierto, ahora se enfrentaban a una batalla urbana, con sus exigencias y dificultades. La lucha en la ciudad se convirtió en un caos que son siempre los grandes combates urbanos. Las tropas soviéticas ocupan ese día el aeropuerto de Tempelhof al sur de Berlín. Aún así, en el aeródromo provisional situado junto a la Puerta de Brandenburgo logró aterrizar, el general de aviación Ritter von Greim que había sido nombrado jefe Supremo de la Luftwaffe en sustitución de Göring. El avión Fieseler era pilotado por la aviadora Hanna Reitsch.

  Los defensores pronto decidieron abandonar las barricadas que se habían improvisado ya que no eran muy efectivas, optando por colocar francotiradores  en las ventanas de las azoteas o pisos altos donde no podían ser alcanzados por los disparos de los tanques rusos, a la vez que se atacaban en emboscadas a estos desde los sótanos o ventanas de las bodegas con los bazucas o Panzerfaust, desde donde se obtenía a tan baja cota, una mayor precisión.

               

                

  Las grandes perdidas que comenzaron a sufrir las tropas rusas, hizo que se utilizaran nuevas estrategias, como cubrir el avance de cada uno de los carros de combate con los llamados grupos de asalto compuestos por seis o siete hombres armados con granadas, machetes y metralletas, que disparaban contra las ventanas o los sótanos y preparados para la lucha cuerpo a cuerpo. Por detrás eran respaldados por grupos de refuerzo y de reserva. Estos contaban con armas más pesadas y zapadores equipados con explosivos para reventar muros y poder pasar de un edificio a otro sin utilizar las calles. También se recubrieron los tanques con objetos de metal para que la explosión se produjera antes de que el proyectil tocase el blindaje. Otra de las medidas fue emplear cañones pesados apostados en las calles que con obuses de 152 y 203 milímetros, que a poca distancia volaban las barricadas y los edificios a su alcance. Igualmente se hicieron uso de cañones antiaéreos para disparar a las azoteas de los edificios. De cualquier modo, el único campo de batalla que evitaban en la medida de los posible eran los túneles del metro por miedo a sufrir emboscadas. 

                

              

    En los siguientes días las tropas rusas continuaron avanzando lentamente a través de calles y plazas, habían empujado a los últimos defensores que quedaban hacia el corazón de la ciudad, fundamentalmente a la zona entre el rio Spree y el canal Landwehr, aunque algunos grupos aislados aún resistían al norte y al sur. Hasta el día 28 de abril, en el noroeste aún se conservaban en la zona de Spandau, los grandes puentes del río Havel, junto a Pichelsdorf donde los defendían varios pelotones de las ¨Juventudes Hitlerianas¨. La artillería seguía bombardeando intensamente el distrito gubernamental y como consecuencia el pasillo subterráneo que transcurría por debajo del jardín y comunicaba la Cancillería con el Führerbunker fue alcanzado y perforado en varios puntos.

            

    La mañana del sábado 28 de abril de 1945, la lucha por la capital del Reich entró en su fase final. Los rusos tenían rodeado el centro de la ciudad y continuaban estrechando el círculo. Al atardecer, lograron atravesar el puente Moltke sobre el Spree que estaba fuertemente protegido y que no lograron dnamitar por completo los alemanes. Esa noche se celebra en el bunker la boda entre Hitler y Eva Braun. El Führer realiza su testamento político y privado. Fegelein, cuñado de Hitler es fusilado cuando es sorprendido tratando de huir. 

             

    En la noche del 29 al 30 de abril se estaba combatiendo en algunos puntos a unos 300 metros de la Cancillería del Reich. Los rusos habían avanzado por el oeste desde el zoo en dirección al Tiergarten, por el sur se encontraban cerca de la Potsdamer Platz, al norte se estaba combatiendo en la Friedrichstrasse. Los blindados rusos se habían situado en las proximidades del Reichstag.


   El asalto al Reichstag se había planeado para el amanecer del día 30 de abril y fue, sin duda, uno de los episodios más violentos de la Batalla de Berlín. Aunque había permanecido en desuso durante la mayor parte de la época nazi, para Stalin representaba el corazón espiritual y símbolo del poder político de Alemania. El objetivo era que fuera capturado a tiempo para la celebración del Primero de Mayo, para hacerlo coincidir con el día de los trabajadores.   

    Los alemanes habían dispuesto un sistema defensivo que rodeaba por completo el edificio. Por el centro de la Königsplatz discurría un cauce de agua que se había formado como consecuencia del derrumbe de un túnel a causa de los bombardeos y que se había inundado de agua por filtraciones procedentes del Spree, creando un foso aprovechable para la defensa. 

  

    Las tropas de infantería rusas fueron diezmadas en los primeros envites por el fuego cruzado de ametralladoras desde el propio Reichstag y la Opera Kroll por lo que al mediodía sólo pudieron alcanzar el borde del canal anegado de agua en donde permanecieron varias horas, hasta que pudieron capturar los edificios colindantes eliminando a los francotiradores. A primera hora de la tarde Hitler se suicidaba en el cercano búnker de la Cancillería. 

 

    Los soviéticos lograron apoyar los siguientes asaltos con tanques y artillería autopropulsada con obuses de 152 y 203 milímetros y lanzadores de cohetes Katyuska  que impactaban directamente sobre la fachada donde se encontraban las ventanas que eran puntos de tiro. Con este apoyo, a lo largo de la tarde y a pesar de los disparos de los cañones antiaéreos alemanes situados en la torre del zoo situada a dos kilómetros de distancia, pudieron seguir avanzando poco a poco los 150 metros de distancia que les separaba hasta llegar a la amplia escalera que conduce a la entrada principal del Reichstag.

    

    Los soldados rusos apostados a ambos lados de la entrada lanzaron granadas contra la puerta y lograron penetrar en su interior. A última hora de la tarde del 30 de abril, comenzaron los combates en el interior del edificio que aún habrían de durar varias horas. Un millar de alemanes entre los que se encontraban soldados de la marina, de las SS y de las Juventudes Hitlerianas se encontraba atrincherados. La lucha fue encarnizada con disparos y explosiones de granadas continuas por lo que el humo invadió todo su interior y en algunas zonas comenzó a arder. Después de varias horas los rusos alcanzaron el primer piso. Por la noche, los soviéticos alcanzaron el tejado  y según parece cerca de las 23:00 horas colocaron su bandera en una de las estatuas (no se pudo fotografiar porque no había luz), pero esto no significó el fin de los combates.         

   Tras una breve tregua nocturna, la lucha continuó durante todo el día uno de mayo, donde los últimos resistentes se concentraron en los sótanos del edificio. A las 19:00 horas  de ese día, el Ejercito Rojo había rodeado completamente el Reichstag y la guarnición ya no podía esperar apoyo del exterior. Los alemanes se ofrecieron a negociar, pero la respuestas fue que solo se permitiría una rendición incondicional. 

        

    Trescientos soldados alemanes supervivientes se rindieron en la madrugada del día dos  de mayo. Se estima que 200 soldados alemanes murieron y otros 500 resultaron heridos. Sin embargo, a fecha de hoy se desconocen las pérdidas que sufrió el Ejercito Rojo.

        

    Ese día dos de mayo, con el control total del edificio fue cuando se izó oficialmente la bandera rusa y el fotógrafo Yevgeny Khaldei tomó la famosa instantánea  del soldado colocándola. (no te pierdas el siguientes post sobre este asunto).

  

   Ese mismo día toda la guarnición de Berlín cesó su resistencia. El 7 de mayo de 1945 el general Afred Jodl firma en Reims la rendición incondicional de Alemania.

                                                  








Comentarios

Entradas populares de este blog

16. EL U-BOAT 977 EN EL QUE HITLER PUDO ESCAPAR

1. LOS GUARDAESPALDAS DE HITLER

20 EL VERDUGO INCOMPETENTE DE NUREMBERG